NAÚFRAGO EN EL AEROPUERTO
"La
Terminal" es una película sencilla y amable, es puro cine de entretenimiento
y a Spielberg siempre ha sido este el tipo de cine que se le ha dado
mejor hacer. Por eso sorprende que algunas voces hayan salido para criticar
la película por su simpleza y carencia de pretensiones, gente que debe
haber olvidado que la trilogía de Indiana Jones no era precisamente
una sesuda reconstrucción histórica, sino al igual que esta su misión
era hacer pasar un buen rato.
He de reconocer que no me encuentro entre el poblado grupo de fans del
director y que soy de los que aún recuerda con nostalgia sus sorprendentes
inicios entre los que se encuentra su mejor obra hasta la fecha: "Tiburón".
He de reconocer también que a menudo el cine de Spielberg me provoca
disfunciones gastrointestinales y aunque es innegable el talento de
su puesta en escena en casi todos sus films, a menudo su tendencia al
melodrama de folletín suele sacarme de mis casillas (sólo hace falta
recordar el final de "La lista de Schindler", una gran obra perjudicada
por esa salida de tono en su conclusión).
Y finalmente he de reconocer que asistí a ver la película sin demasiada
convicción, casi por eliminación de lo que ofrecía la pobre cartelera
y que sin embargo salí bastante satisfecho de la proyección. Tal vez
fue por lo dicho al principio, porque esta vez Spielberg no pretende
vendernos su "gran película" como intentó hacer con "A.I. (Inteligencia
Artificial)", esa porquería disfrazada de homenaje (que si Kubrick hubiera
visto se hubiera llevado con él a la tumba para que todas las copias
fueran devoradas por los gusanos), o cuando hizo creernos que hacía
la gran película de guerra "Salvar al Soldado Ryan" otro pedrusco muy
bien filmado técnicamente pero vacío de contenido.
No, aquí no intenta hacer nada de eso, Spielberg vuelve a sus orígenes,
al cine de entretenimiento y a mi modo de ver consigue su objetivo.
Son más de dos horas que no se hacen pesadas, con una historia sin demasiadas
sorpresas, pero con el ritmo adecuado, una comedia sin estridencias
ni ínfulas mesiánicas, una película de sobremesa agradable y ligera,
si se quiere.
"La Terminal", para quien aún no lo sepa, cuenta la historia de Viktor
Navorski que se entera cuando llega al aeropuerto de Nueva York, que
en su país ha habido un golpe de Estado, de manera que por una locura
burocrática, no puede regresar a su país ni puede entrar en los Estados
Unidos hasta que no termine el conflicto. El aeropuerto se convierte
en su nueva patria, un microcosmos donde deberá aprender a sobrevivir
y a relacionarse pese a no saber inglés.
El inicio del film es de lo mejor, sobretodo el momento en que Stanley
Tucci tiene que explicarle con una bolsa de patatas lo que ha sucedido
en su país al personaje interpretado por Tom Hanks, el cual realiza
una interpretación más que convincente, mucho mejor de lo que nos tiene
acostumbrados (al menos, no resulta tan cargante como en otras ocasiones).
El resto de la película mezcla los momentos cómicos con los románticos,
destacando la escena de la primera noche de Hanks en el aeropuerto (al
estilo de los mejores cómicos del cine mudo), la cena con Zeta-Jones
(con sus amigos ambientando el momento) o el final donde Hanks cumple
la promesa a su padre en el club de jazz.
La película también contiene algunas salidas de tono algo carrinclonas
(sino no sería una película de Spielberg) como la resolución de la subtrama
del repartidor de comida y la policía de aduanas, la estúpida escena
del inmigrante con medicinas para su padre o el regalo que le hace Hanks
a Zeta-Jones construido con sus propias manos.
En definitiva, el conjunto resulta bastante entrañable y sin ser una
gran película, resulta una buena excusa para pasar un buen rato en el
cine.
U.C. (Daniel Farriol)